Chau Aranguren, chau privatizadas. Seguirla hasta derrotar el tarifazo

El multitudinario cacerolazo del 14J fue un punto de inflexión en la pelea que viene frenando el aumento de tarifas. Hay que ganar las calles el 4 y seguirla hasta que se vaya Aranguren, derrotar el tarifazo y todo el ajuste de Macri.

Acto en la carpa congreso

Escribe Guillermo Pacagnini

Los cacerolazos y ruidazos del jueves 14 se transformaron en la primera acción masiva y popular de carácter nacional contra el gobierno de Macri. Por más que pretendieron minimizarla desde los despachos oficiales, hasta la prensa más adicta se rindió ante la realidad y reflejó que fueron miles y miles los que ganaron las calles en los principales centros urbanos del país. El fantasma del 2001 volvió a sobrevolar de la mano de la bronca contra el tarifazo serial. Y fue un punto de inflexión que aceleró el prematuro desgaste del gobierno de Cambiemos a menos de ocho meses de gestión.

“Se acabó la joda”

Esa temeraria proclama de Macri tuvo un efecto búmeran. Porque se fortaleció el pueblo y fue el gobierno quien sufrió un duro golpe a varias bandas. Primero, porque tuvo que empezar a recular al poner el tramposo «tope» del 400% y luego se frenaron fácticamente los pretendidos aumentos, quedando planteada la posibilidad de hacerlo retroceder más aún.
En segundo lugar porque se trata de uno de los principales arietes de su plan de ajuste, junto a los despidos y al salario que no logró reducir a los niveles pretendidos también por la lucha de los trabajadores. No fue una improvisación la intención de Macri y Aranguren de multiplicar la tarifa aun con un frío mayor que en años anteriores. Pero las boletas con incrementos de 10 a 20 veces respecto de la anterior no pasaron y fueron como nafta sobre el fuego.
En tercer lugar, el golpe es político. Implica la ruptura de sectores de su base electoral que lo apoyaron críticamente o tuvieron expectativas en algún cambio y desilusionados por una acumulación de señales negativas. Los cacerolazos canalizaron también el descontento por la inflación, el ajuste, la entrega, el rey y Rico en el 9 de Julio, Panamá Papers y otras cuestiones que van desnudando su verdadero rostro de agente directo de las corporaciones.
Aunque el gobierno pretenda volver a los cánones noventistas, el pueblo vibra en otra frecuencia. Sin expectativas en la «sabia mano» del capital privado ni derrotas como en los albores de esa década infame. Con un capital acumulado desde el Argentinazo del 2001 al que el pueblo echa mano a la hora de defender conquistas como las tarifas más baratas.
Se abren nuevas grietas en el régimen político. Por eso sectores de la justicia, frente a tamaña bronca, han dado lugar a los amparos y la oposición de Massa y el PJ que lo sostuvo y avaló, también se ve obligada a tomar alguna distancia.
Todos los medios reflejaron que, junto a amplios sectores que se movilizaron espontáneamente, hubo una fuerte presencia de la izquierda con sus banderas y sectores kirchneristas en unidad sin sus principales dirigentes ni pancartas. El ánimo de la gente coincidía con el rechazo a lo viejo.

Se puede derrotar el tarifazo

El gobierno, se reunió con Lorenzetti e inició un operativo para ganar los favores de la Corte, incluyendo nuevas prebendas. Quiere que se pronuncie y ponga coto a esta pesadilla desestabilizadora para su estrategia ajustadora. Se habilitó la feria y hay presiones fuertes desde arriba por una definición favorable a los que quieren que la crisis la paguen los de abajo. Pero la pulseada es con el pueblo y su bronca. Hay energía para derrotarlo. Se puede si se sigue la lucha y se organiza. Están, surgiendo multisectoriales alrededor de diversos barrios y varias provincias para organizar nuevas medidas. Se han vuelto a poblar varias de las mismas esquinas de las asambleas del 2001. Esta semana incluso se dio un paso con la red de multisectoriales reunida en Luján, en una incipiente coordinación que acordó acciones preparatorias para el 28 y participación masiva en la audiencia pública por las tarifas eléctricas en Mar del Plata, donde se va a realizar una movilización multisectorial. Y subir la apuesta con un nuevo cacerolazo nacional para el jueves 4.
No hay que pagar estas facturas. Reclamar por retrotraer todo y audiencias públicas vinculantes. Profundizar la resistencia en todo el país y con la mayor unidad posible hasta lograr que se vaya Aranguren y la anulación definitiva de los tarifazos. El gobierno está débil y podemos hacerlo retroceder. Denunciando también los aumentos del transporte como el amparo realizado por Bodart sobre el subte que dio sus frutos. Y el ajuste en general, reclamando un paro nacional y un plan de lucha. Pero por sobre todo, dando pasos desde abajo que desarrollen más la organización y movilización. Para anular el tarifazo y para avanzar en la única salida de fondo para lograr servicios públicos eficientes y accesibles: reestatizar esas empresas con control social.

Telam Córdoba 14/7/2016 En Córdoba una multitud en la marcha   nacional contra el tarifazo 14/07/2016 foto Laura Lescano

Telam Córdoba 14/7/2016
En Córdoba una multitud en la marcha nacional contra el tarifazo
14/07/2016
foto Laura Lescano

El ajuste viene llegando

Dólar, subte, Aerolíneas, inflación, tarifazo…

En medio de los dimes y diretes alrededor de posibles cambios en el gabinete, la presidenta sigue sorprendiendo con su paquete de ajuste a quienes votaron apostando a mantener el status quo o todavía creyendo en las «bondades» de su doble discurso.

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Guillermo Pacagnini

Primero fue cepo para controlar al dólar que no paró la fuga de capitales pero sí les complicó la vida a los pequeños ahorristas. Sólo en los primeros 15 días de vigencia del corralito K. se fugaron del país 1400 millones de dólares. Luego vino un primer recorte de subsidios, barnizado con el verso de ser para los “grandes” empresarios y se destapó la verdadera trama de festival de subsidios de más de 70.000 millones a las grandes empresas. Pero a los pocos días la dolorosa verdad se fue entronizando: se viene un tarifazo. El nuevo recorte de subsidios no es para las arcas de los empresarios y capitalistas amigos del gobierno (que en todo caso los trasladan a los precios) sino a los bolsillos de los trabajadores y sectores medios de la población. Todo aquel que no presente un humillante “certificado de pobre”, estaría pagando $200 a $400 más por los servicios esenciales que seguirán siendo un negocio para los ricos y no un servicio para el pueblo.

Profundizando el modelo… (abriendo el paraguas)

El argentinazo del 2001colocó fuertes demandas populares en la agenda de un régimen político en crisis profunda. La moratoria parcial de la deuda (“default”), los planes sociales y el subsidio a las tarifas y boletos fueron medidas tendientes a calmar los ánimos de un pueblo alzado. El gobierno de K. que leyó esas demandas, aprovechó el viento de cola de las finanzas internacionales para derramar algo sobre el pueblo y postergar medidas de ajuste para otros momentos. Cuando la crisis del 2008, optaron por meterle la mano en el bolsillo a los chacareros y postergar el “sinceramiento” de tarifas por el que clamaban los empresarios de las privatizadas. La rebelión agraria les aguó los planes pero volvieron buenos precios internacionales que les hizo salvar la ropa. Esta nueva fase de la crisis internacional que ya está golpeando las puertas del país, viene más complicada. Por ello ahora los márgenes políticos y económicos se estrechan y se tornan inevitables medidas de ajuste poco simpáticas que ya les está costando postergar.

Un escenario de conflictos

Quienes creían borrada la palabra ajuste del diccionario oficialista se equivocaron. Esa temida palabra noventista está ganando nuevamente terreno.

El traspaso del Subte a la Capital, el traspaso de EDELAP a la Pcia. de Bs. As., el recorte a los presupuestos provinciales, el techo a los salarios, el mantenimiento del regresivo y reaccionario impuesto al salario disfrazado como ganancias, el impuesto inflacionario… nos muestra el camino elegido por CFK parea “normalizar” el país, por supuesto, a la medida del los de arriba.

Un anticipo de los tiempos que se vendrán. Una nueva relación con el imperialismo a partir de la reunión con Obama y el G20. Y su correlato local: la cena y relación con la UIA y el establishment argentino: sonrisas con de Mendiguren, promesas de hacer los deberes, palos a los sindicatos y garantías de proteger las fabulosas ganancias de estos parásitos frente a la crisis internacional.

Para lograrlo necesitan frenar la conflictividad antes que se generalice. Habilitando la persecución sindical, los aprietes a los luchadores y la criminalización de la protesta social. Porque la respuesta que ya se ve en las peleas docentes de Capital y Buenos Aires, en las luchas de la salud de Córdoba, Capital y Neuquen y contra la criminalización como en la masiva marcha unitaria del 23/11, también muestran que se viene un año de conflictos y nuevas peleas del movimiento obrero y popular.

Peleas en los barrios contra el tarifazo, en las fábricas y escuelas por el salario y contra la precarización laboral y por la vigencia de las libertades democráticas, serán la tónica de enfrentamiento al segundo gobierno de Cristina que está mostrando su verdadera cara. Intentarán que la crisis que golpea a la puerta la paguemos nosotros. Con la lucha bregaremos porque la paguen los capitalistas.

Para ellos la falsa alternativa será “tarifazo o subsidios”. Para nosotros la necesidad de un programa de emergencia que garantice una tarifa social y medidas de fondo que nacionalicen las privatizadas. Programa a imponer con la lucha y a garantizar forjando una alternativa política como la que estamos desarrollando desde el MST y el Movimiento Proyecto Sur que apunte a un nuevo modelo de país.