Concretar la convocatoria y prepararla en todo el país
Desde el paro del 10 y la masiva marcha conjunta CTA-CGT se han acumulado nuevas razones para la huelga nacional que se viene preparando muy probablemente para el 20 de noviembre. La crisis castiga duro y las nuevas medidas del gobierno traen mayores penurias para el pueblo trabajador. Encarando los debates en torno a la unidad de acción, urge concretar la convocatoria sin mayores dilaciones y organizar una medida contundente y con continuidad.

Guillermo Pacagnini, Mesa Nacional CTA Coordinador Corriente Sindical MST
La sanción de la ley antiobrera K de ART es la muestra más contundente de los tiempos de ajuste que se vienen, del nuevo estilo K para hacernos pagar la crisis y del arco de alianzas que necesita para imponerla: la UIA, las grandes patronales y las distintas variantes de los viejos partidos incluyendo sus expresiones más recalcitrantes como el PRO. Ese pacto para meter el ajuste se repite con los demás gobernadores para recortar los presupuestos, congelar vacantes, precarizar y mantener el impuesto al salario así como el cepo en las asignaciones en los trabajadores estatales y privados. E incluye apuntalar este modelo de crisis que castiga a los trabajadores, sectores populares y capas medias de la población. La eliminación por decreto de los reintegros a los discapacitados, es un nuevo y grotesco ataque.
Bronca e incremento del conflicto social son la respuesta de los trabajadores y el pueblo que enfrentan al gobierno y demandan un cambio de escenario que responda a sus reclamos. La huelga nacional conjunta es clave para empujar por ello.
CTA: una política correcta
El llamado de Pablo Micheli desde la plaza de Mayo a construir un nuevo paro nacional esta vez organizado de manera conjunta y efectiva con la CGT, subió la apuesta en una política correcta que se viene diseñando desde nuestra central apenas comenzaron a soplar los vientos de la “sintonía fina K”. Se sucedían y aumentaban los conflictos y se imponía postular un polo de articulación, no solamente para apoyar las demandas parciales de cada sector, sino para construir un programa que levante un pliego nacional único y, desde la clase obrera, levante las demandas de los sectores medios y populares para amplificar la movilización.
El paro del 8 de junio fue un punto de inflexión en la concreción de esta política. Los llamamientos a la CGT a la unidad de acción se intensificaron y, si bien no fue posible la coordinación en la marcha cegetista del 27, se realizaron dos reuniones de ambas conducciones y con el Paro del 10/10 emergió con fuerza un polo de referencia para la movilización a nivel nacional. Se sumaron nuevos sectores y se construyó un progresivo programa conjunto con los movimientos sociales, la FUA y la Federación Agraria. La marcha rechazando la ley de ART de los K fue un nuevo paso y, sin dudas, la huelga nacional conjunta sería un salto de calidad en este sentido. Por ello desde la CTA se propuso la fecha del 20 de noviembre que tiene que ser ratificada por la CGT.
Debates en curso
Esta orientación correcta que colocó a la CTA como eje articulador de estos nuevos fenómenos, se fue forjando en medio de fuertes debates en torno a la unidad de acción al interior de la central, así como en franjas de luchadores sindicales y la izquierda.
Al interior de la CTA hay debates enriquecedores que hacen a la pluralidad de posiciones y la necesaria elaboración colectiva. Los hubo respecto de la coyuntura y de la politica hacia el gobierno K. Se avanzó en una síntesis que posibilitó posicionar claramente a la CTA en la escena nacional contra las políticas de ajuste del gobierno y generando acciones. Pese a esta evidencia de la realidad, aunque minoritarios, hay sectores que siguen cuestionando la necesaria unidad de acción. El anuncio del sector de Barrionuevo de sumarse a la próxima huelga nacional, no concretado aún, reavivó estos debates. Desde nuestra corriente, insistiremos en que toda unidad de acción es útil y correcta siempre que fortalezca al movimiento obrero y sus luchas, el programa responda a las necesidades concretas y se mantenga la independecia y la capacidad de dar debate crítico sobre los aliados circunstanciales. Todo ello viene sucediendo. Por supuesto que compartimos y sostenemos la sana desconfianza en todos esos viejos dirigentes que han estado con el gobierno, practican el viejo modelo sindical burocrático y son promotores de proyectos políticos ajenos a los trabajadores y que no son alternativa al kirchnerismo.
Por ello es importante ratificar la autonomía frente a estos sectores y rechazar con claridad los proyectos políticos que alientan, ya sean con Macri, De la Sota, Scioli u otra variante similar que por cierto, terminan también pactando con los K medidas antiobreras. Pero ello no debe impedir la unidad de acción para movilizar, ya que no se trata de hacer un frente político. Se trata de unirse en la calle alrededor de un programa y fortalecer las posibilidades de que ese programa se concrete fortaleciendo a los trabajadores para derrotar al gobierno.
Es importante encarar estos debates con todos los compañeros, sabiendo que sobre esas dudas actúa la política del gobierno, sus aliados y aquellos que le son funcionales, como la izquierda sectaria del FIT, para dividir y desmovilizar.
Preparar la huelga en todo el país
A la par que instamos a que se defina la CGT y se le ponga fecha al paro ya mismo, hay que salir a prepararlo y, como definió la mesa nacional de CTA, que tenga carácter activo, con acciones en todo el país. Estamos ante la posibilidad que no solamente crezca la movilización sino que se concrete por primera vez en muchos años, una huelga que paralice importantes sectores del transporte y la actividad privada, no solamente los servicios estatales. Esto implica tomar con seriedad y planificación en todos los gremios y todos los lugares de trabajo esta convocatoria, incluso desde ya en el ámbito de la CGT Balcarce y del sector Yasky. Podemos lograr un paro contundente en el gremio docente, en el transporte, en el sector metalúrgico y otros de la producción. Gremios nacionales ya se pronunciaron como ATE Nacional y la FesProSa. Hay que plantear asambleas, reuniones y plenarios de delegados y activistas, buscar todas las variantes según la realidad de cada lugar para que ese día se resuelva democráticamente realizar la mayor acción posible. Y, desde ya, preparar las acciones de movilización, cortes y marchas en todo el país con un objetivo fundamental en reventar la Plaza de Mayo. Manos a la obra, en los debates y en las tareas.
