¿Ley Banelco estilo Macri? Vienen por los convenios laborales

Después del cepo al salario, el cierre de las paritarias, las suspensiones y despidos, Macri y las patronales quieren avanzar sobre los convenios. La burocracia de nuevo se pone a su servicio.

Acto en la carpa congreso

escribe Guillermo Pacagnini

Macri, en una disertación sobre modernización y con todo cinismo, dijo hace pocos días que hay que “renovar la dirigencia sindical”. Pero su alusión a los sindicatos era sólo un barniz del verdadero anuncio: que hay que “revisar todos los convenios laborales” para adaptarlos “al siglo XXI”. “Al aferrarnos a esos convenios debilitamos los puestos de trabajo… No podemos seguir aplicando convenios del siglo XX”.

Bajar el costo laboral

Junto a atacar el salario y reducir los planteles, pretender más flexibilización laboral suma a la estrategia de bajar el costo laboral. Un ariete para que la crisis la paguemos los trabajadores y al servicio del objetivo de las multinacionales yanquis de recuperar terreno en Latinoamérica y lograr mano de obra más barata y “competitiva” para su disputa de piratas con los BRICs, en especial China.
No es la campaña de grandes medios como Clarín y sobre todo La Nación: desde que subió Macri editorializan en esa línea: “Un cambio indispensable en las relaciones laborales”, piden, y “asignar preferencia a los acuerdos laborales de nivel menor”, o sea fragmentar en nuevos acuerdos por empresa y a la baja. “Debe eliminarse la obligatoriedad de la homologación”, o sea dejar librado todo a la voluntad de las patronales. La Nación reclama beneficios a las patronales por generar empleo, eliminar las indemnizaciones por despido y que “la negociación de salarios y condiciones de trabajo tenga en consideración la productividad y los límites y posibilidades de cada empresa”… “flexibilizar y facilitar la contratación” (julio 2016).

La reforma de Macri

La resistencia a los despidos, topes salariales y tarifazos con cientos de conflictos laborales y marchas le indicó a Macri que hará lo que pueda, no lo que quiera. Esta inestabilidad preocupó a las corporaciones y a la inspección del FMI, que quieren que Macri cumpla y avance. Saben que no será fácil una reforma de shock como la de Menem y otra Ley Banelco con coimas como la de De la Rúa.
En esos tiempos lograron avanzar con la polifuncionalidad, quitando conquistas y eliminando la ultraactividad, es decir la vigencia de los convenios favorables al trabajador si vencieron y no hay acuerdo paritario de renovación. En 2004 se votó una nueva ley, no por concesión del kirchnerismo sino arrancada con la lucha obrera. Si bien formalmente se derogó la Ley Banelco, en realidad fue una reforma a esa ley con la puesta en vigencia de los convenios colectivos y las paritarias. Encima, después aprobaron una ley de riesgos de trabajo totalmente regresiva y a la medida de los negociados patronales.
Hoy la situación es distinta, el movimiento obrero resiste y la relación de fuerzas no es desfavorable como luego de las derrotas de principios de los ’90. Por eso el gobierno, si bien está decidido a avanzar y necesita hacerlo, debe adecuar su táctica.

Las medidas que preparan

El ataque oficial al fuero laboral ha merecido una amplia movilización de dirigentes sindicales y abogados laboralistas. Macri fue claro al pedir “una justicia laboral más equitativa, no tan volcada a encontrarle siempre la razón a una parte”.
Además busca aprobar una reforma de la reaccionaria ley de ART que permita sumar más requisitos para que los trabajadores puedan hacer juicios por accidentes laborales.
A su vez, habiendo ensayado con el “primer empleo joven” precarizador, pretenden empezar a probar una batería de medidas. Quieren hacerlo con un caso testigo de convenio flexible y ha elegido, con aval de la burocracia, al gremio de los petroleros privados. En Neuquén, la burocracia, los empresarios y el gobierno nacional acordaron -junto a reducir los planteles- un esquema de jubilaciones anticipadas, rotar personal, intensificar el control de ausentismo, trabajo nocturno y reducir las cuadrillas para mejorar los saldos de rentabilidad, según un acuerdo de agosto. En octubre avanzaron con estas pautas en un nuevo convenio colectivo en Vaca Muerta, que los petroleros catalogan como el inicio encubierto de la flexibilización laboral. El dirigente Pereyra, también diputado del partido patronal MPN, fue parte de ese convenio que incluye el pago de salarios por productividad.

Defender las conquistas

No podemos permitir que estos primeros pasos se consoliden y generalicen. El rechazo a la flexibilización laboral y la defensa de los convenios colectivos y de los mecanismos que, aunque limitados, institucionalizan todos los derechos logrados con la lucha, deben ser incorporados a los pliegos de reclamo de los conflictos. Preparar el paro nacional y plan de lucha sigue siendo la tarea pendiente para enfrentar y derrotar esta política antiobrera.

pereyramacri

Pereyra y Macri se abrazan

4/11: Jornada nacional de lucha de las CTAs: Marchamos con nuestro programa. Contra el ajuste de Macri, para reclamar un paro nacional y un plan de lucha.

Se acerca fin de año y Macri prepara una Navidad con más hambre. Nuevos tarifazos, cepo a las paritarias y más despidos.

Van 11 meses de gobierno y vemos como Macri y los gobernadores están aplicando un duro ajuste sobre el pueblo trabajador y garantizando plata y reglas de juego para los grandes empresarios.

Pero los trabajadores, los jóvenes y las mujeres venimos protagonizando duras luchas y el cuestionamiento al ajuste viene creciendo. Lamentablemente cuando más necesario es un  paro nacional, la CGT, con la bendición de la Iglesia y la plata de las obras sociales que les dio el gobierno, acaba de enterrar toda promesa de paro y entregar la pelea por la reapertura de paritarias a cambio de un bono miserable, que no llega a los estatales y que la mayoría de los empresarios dice que no va a pagar tampoco en el sector privado. Otra vez traicionan, como lo habían hecho cuando Macri vetó la ley antidespidos. Hay un repudio generalizado al cepo salarial, la inflación, los tarifazos y despidos, pero la CGT le tira un salvavidas a Macri. Una vergüenza.

Queda claro que es por responsabilidad de los dirigentes y no por falta de disposición a la lucha de los trabajadores que el paro no se concreta. Los que prometían parar si el triunvirato cegetista arrugaba, tampoco sacaron los pies del plato, como Pablo Moyano y Palazzo de la Corriente Federal.

El viernes 4 ambas CTAs convocan a una Jornada nacional de lucha con marcha a plaza de Mayo. La convocatoria es sin paro y tampoco se está preparando con fuerza en los lugares de trabajo. El propio Yasky cerró las posibilidades de paro aduciendo que no hay condiciones si no se suma la CGT y CTERA que podría parar los docentes de todo el país, no lo hace, ni siquiera por su propia paritaria que sigue cerrada. Y es lamentable la actitud de la dirección de ATE que directamente dividió al llamar a acciones el 2 y el 16. Después de la masividad de la Marcha Federal y del paro nacional de mujeres queda claro que sobran condiciones, lo que falta es voluntad política en los dirigentes.

Desde la Corriente Sindical del MST, pese a las insuficiencias de la Jornada del 4, vamos a marchar críticamente sumando nuestro programa a los puntos comunes por las paritarias, contra el impuesto al salario, por el cese de despidos, la anulación de los tarifazos, entre otros. Pero vamos a levantar con fuerza el reclamo de un paro activo nacional, con acciones en todo el país y seguido de un plan de lucha.

Por los reclamos urgentes pero también por un programa alternativo obrero y popular: salario, jubilaciones y planes sociales actualizados según inflación; apertura de los libros, reparto de las horas de trabajo y nacionalización de toda empresa que cierre o despida;  reestatizar los servicios con control social, repudiar la deuda e impuestos progresivos para que la crisis la paguen las corporaciones. Y apoyar a los nuevos delegados y dirigentes que surgen desde abajo en el camino de construir una nueva dirección clasista y democrática para el movimiento obrero.

Llamamos a marchar el viernes 4 con estos reclamos. Concentramos en Av de Mayo y 9 de julio a las 14 hs.

Corriente Sindical del MST

 marcha-ctas-cabecera

 

DEL 31/8 AL 2/9 Contra el ajuste de Macri, por un plan de emergencia. Vamos a la Marcha Federal

Un amplio arco de organizaciones sindicales y políticas desde el espacio multisectorial Articulación Popular convocan a marchar durante tres días por el salario, contra el tarifazo y los despidos. Desde el MST-Nueva Izquierda marchamos en unidad de acción reclamando un paro nacional y un plan de lucha para derrotar el ajuste de Macri y los gobernadores.

Acto en la carpa congreso

Escribe Guillermo Pacagnini

Avanzado el segundo semestre, el túnel sigue a oscuras y la «revolución de la alegría» brilla por su ausencia. Por el contrario, la inflación acumulada se proyecta cercana al 50% y el gobierno insiste en que los salarios, jubilaciones y planes sociales sean variables de ajuste. La recesión en ciernes viene con nuevos despidos y suspensiones, ahora predominantes en el sector privado. Hubo una destrucción neta de más de 250.000 puestos de trabajo. Frente a este panorama, se han multiplicado los conflictos, pero al estar desarticulados lugar por lugar no alcanzan para pararle la mano al plan de ajuste y entrega de Macri.
Se necesita la mayor unidad para lograrlo. Cuando se confluyó en protestas unitarias y masivas como los cacerolazos, se logró que la Corte frene por un tiempo el tarifazo del gas. Pero van a volver a la carga. Para derrotar el tarifazo y todo el ajuste, se necesita un paro nacional y un plan de lucha. La Marcha Federal tiene que ser un paso en ese camino.

Unidad para pararle la mano a Macri

Crece la bronca, el gobierno baja en las encuestas de opinión y las luchas se multiplican. Pero si Macri insiste con su ajuste es porque tiene cómplices. Los gobernadores que aplican iguales medidas, el PJ y Massa, que critican algunas cosas pero en el Congreso le votan las leyes. Pero sobre todo los dirigentes de la CGT que ahora se unen no para luchar sino para sostener la gobernabilidad a cambio del botín de las obras sociales, plata que también nos han robado a los trabajadores.
Los docentes vienen peleando y van al paro en el país, los trabajadores de salud luchan en 10 provincias y junto a los estatales pelean por salario y más presupuesto. Los privados defienden su fuente laboral. Las multisectoriales enfrentan los tarifazos. Necesitamos unir todas estas peleas en un plan de lucha nacional. Por eso junto a otras organizaciones populares convocamos a la Marcha Federal. Habrá actos en las principales ciudades del interior, cinco columnas hacia la Capital y el 2 se harán actos en Avellaneda, La Matanza, Capital y luego en Plaza de Mayo. Iremos con nuestros reclamos y por un paro nacional y plan de lucha.

Que la crisis la paguen las corporaciones

Vamos por un plan de emergencia para salir de la crisis. Por aumento general de salarios, jubilaciones y planes sociales, con actualización automática. Anular el IVA a la canasta familiar para todos y aplicar la Ley de Abastecimiento a los que acaparen o desabastezcan, para combatir de verdad la inflación que generan los grandes empresarios.
Vamos por la anulación de los tarifazos en forma definitiva auditando las cuentas de las privatizadas para conocer sus costos reales y reestatizar todos los servicios con control social.
Vamos por la prohibición por ley de despidos y suspensiones, por el reparto de las horas de trabajo sin rebaja salarial. Y si la patronal incumple, nacionalizar la empresa bajo control obrero. También dejar de pagar la deuda externa, que desangra al país, y volcar esos fondos a resolver las necesidades sociales.
Estas son algunas de nuestras propuestas para dar vuelta la tortilla, para que la crisis la paguen los capitalistas.

marchafederal

Plata a la burocracia y carnet de pobre a la gente. El plan insalubre de Macri

El rimbombante anuncio de la “cobertura universal de salud” de Macri es en realidad una gigantesca estafa a la población. Y parte de la “bala de plata” con la que adornó a la burocracia para mantener la gobernabilidad.

Acto en la carpa congreso

Escribe Guillermo Pacagnini

La necesidad de amainar la conflictividad creciente, llevó al presidente a utilizar, al decir de La Nación, una “bala de plata”. Literalmente se trata de plata para la burocracia sindical, a cambio de una preciada contraprestación: la paz social. “Con esta jugada, Macri ratificó la tregua que habían sellado los ministros Jorge Triaca (Trabajo) y Jorge Lemus (Salud) con la cúpula de la CGT, hace ya casi un mes.” (La Nación. 3/8/16).

Cobertura… al bolsillo cegetista

Siguiendo la lógica capitalista, la plata salió del bolsillo de los trabajadores. Macri ideó un perverso mecanismo de reparto de los $ 27.000 millones, el monto que alcanzó la histórica deuda que reclaman desde hace diez años los sindicalistas. El llamado Fondo de Redistribución Solidaria, se lo quedaba por completo el gobierno anterior, para chantajear y especular. Pero esa plata no era ni del estado ni de los dirigentes vendidos. Es plata de los trabajadores retenida de los aportes realizados a las obras sociales. Macri se la va entregando en cuotas a los sindicalistas al tiempo que se hace de un colchón de divisas para su caja política.

Un kilo de pan por mes

La parte menor, unos $ 8.000 millones, es la que va a “invertir” en el sector público de salud. Justamente cuando se necesita un shock de inversión en salud. Para sacar del colapso a un sistema de salud, que está desfinanciado, fragmentado y desjerarquizado por completo, con presupuestos históricamente de miseria, enviados por todos los gobiernos y votados casi por unanimidad en todas las legislaturas del país.
El PBI de nuestro país es aproximadamente de 545.000 millones de dólares. La inversión estatal es salud consolidada (la suma de los presupuestos nacionales, provinciales y municipales) sigue estancada en el 2,7% del PBI. Unos 14.715 millones de dólares. Un aporte o refuerzo de $ 8.000 millones, es decir 533 millones de dólares, significa un aumento del 3% del gasto estatal consolidado. En términos de aumento en relación al PBI apenas un 0,1%. Cuando desde la FeSProSa (Federación Sindical de Profesionales de la Salud) se viene reclamando un presupuesto de emergencia que incremente esas cifras a no menos del 4% del PBI. Si dividimos los $ 8.000 millones por los no menos de 17 millones de habitantes sin cobertura de ningún tipo resulta que la famosa cobertura macrista equivale a $ 39 por persona. Es decir, un kilo de pan por mes. Indudablemente una estafa a la buena fe de la gente que necesitan urgentemente que los hospitales y centros de salud salgan de la crisis.

La letra chica: un paso hacia el arancelamiento

Detrás del soborno a los cegetistas y del verso de la inversión en salud, se esconde una maniobra pérfida: establecer que quienes “se atienden en los hospitales públicos tendrán una credencial…” No es otra cosa que el carnet de pobre, recomendado en los años 90 por el Banco Mundial como requisito para poder ser atendido en los hospitales. Es decir, quien no certifique su condición de pobre de toda pobreza no se podrá atender. Si tiene obra social, que siga engordando las arcas de los burócratas sindicales o de las patronales de la medicina. O tendrá que pagar directa o indirectamente un arancel. Como se ve, de universal no tiene nada. No sólo se intenta estigmatizar a los más necesitados. Se trata de montar un mecanismo hacia la llamada “autogestón”, impulsada desde el Banco Mundial para que el Estado cada vez invierta menos en salud y se generen mecanismos de financiamiento alternativos, como recobro a las obras sociales, pagos de bonos, aranceles y otros mecanismos que apuntan a que se privatice paulatinamente por diversos mecanismos el sistema. En lugar de una cobertura “universal”, se propende a un seguro de pobres que banque con poca plata un sistema público marginal.

La salud es un derecho

El seguro de pobres y los intentos de privatización abierta o encubierta fueron cambiando de nombre. En los 90 fue la Ley de autogestión y otras normas depredadoras. Con la lucha impedimos que se implementen. Luego vinieron el plan Nacer y el Sumar del anterior gobierno. Todos fracasaron al quedar expuesta su esencia de un mero plan focal de poca monta. No lograron ni el seguro ni la privatización, pero fueron desfinanciando el sistema. Hoy el macrismo vuelve a la carga. No podía ser de otra manera ya que es una pieza clave en su rompecabezas neoliberal. Hay que rechazar el plan de Macri y sus burócratas aplaudidores. Hay que democratizar las obras sociales para que la plata vuelva a los trabajadores. Y avanzar en incorporarlas a un sistema único de salud, verdaderamente universal, gratuito y financiado por el Estado desde rentas generales. Desde ya, la plata para su financiamiento deberá provenir de la que hoy se destina a la deuda externa y de una reforma tributaria donde los ricos y las corporaciones aporten para la salud de todo el pueblo.

carnetpobre

Pacagnini sobre la Cobertura de Salud anunciada por Macri: “Es plata para la burocracia sindical y carnet de pobre para el pueblo”

Para Guillermo Pacagnini, médico y Secretario General de CICOP: “la única cobertura que proponen es para los bolsillos de la burocracia sindical, que se lleva 30.000 millones que no son ni del gobierno ni de la dirigencia; es plata que le sacaron a los trabajadores y le regalan a esta dirigencia a cambio de la promesa de garantizar la paz social”

Pacagnini prosiguió: “de paso vuelven a la carga con el viejo verso del seguro para los pobres, estratificando más aún la atención. Para atenderse en los hospitales quienes no tengan obra social o prepaga tendrán que sacar carnet de pobre, algo completamente indigno y contrario al carácter universal de la atención que se pregona”

Pacagnini concluyó: “Macri no inventó nada. Es la vieja receta del Banco Mundial de los años ’90 para arancelar la salud pública que rechazamos y fracasó. Lo que hay que hacer primero es aumentar el presupuesto y luego marchar hacia un Sistema Unico de Salud verdaderamente universal y público, financiado desde rentas generales a través de una reforma tributaria progresiva”.

03/08/2016

Contacto: 1168150137// 1156096802

 

Después de la Jornada del 29 – Unidad contra Macri y su ajuste

En vísperas de otra oleada de despidos, nuevos tarifazos y puja salarial se multiplican los conflictos. Se necesita ampliar la unidad hacia un plan de lucha nacional.

Paca red

Escribe GUILLERMO PACAGNINI

El ministro Prat Gay, provocador serial de los trabajadores, volvió a abrir la boca: «Recién estamos acomodando la basura». Una unívoca señal de que el ajuste recién empieza. Esa es la verdadera lectura del «gradualismo». El 31 de marzo vencen miles de contratos que pueden transformarse en telegramas de despido. Ya van más de 100.000 cesantías en el Estado y en el sector privado. Casi sin respiro, cuando se empieza a sentir el tarifazo de la luz, se anuncian nuevas subas en el gas y el transporte. Y tanto Macri como las patronales siguen pulseando por encorsetar las paritarias con aumentos a la baja. Ello aumenta la bronca y la disposición a la lucha con diversidad de conflictos. Diez provincias con paros en la salud, ocho con los docentes en lucha, Tierra del Fuego incendiada (valga la redundancia) y otros provincialazos que se incuban, paritarias trabadas y paros de 48 horas de los estatales bonaerenses, acampe de los bancarios y se viene un paro de la CTERA. Sobran ingredientes para un paro nacional. Pero las peleas siguen dispersas por lugar y gremio. De esa forma podremos lograr triunfos parciales, pero no vamos a derrotar el ajuste. Para ello necesitamos desarrollar la mayor unidad de acción.
Urge convocar a  un paro nacional
La clave del parazo y la masiva marcha estatal del 24 fue la unidad lograda entre diversos sectores de estatales y entre los que pertenecen a ambas CTA. Pero se necesita un mayor arco, con el sector privado y los movimientos sociales. Las CGT hablan de unidad entre ellas, pero para tener una mejor interlocución con Macri y no para la lucha y se ciñen sólo al tema de Ganancias. Necesitamos la pelea por un programa de emergencia más integral. Que plantee un aumento general de salarios, jubilaciones y planes sociales actualizados trimestralmente, anular el impuesto al salario así como también el IVA y proceder al control popular de precios para combatir la inflación, anular los tarifazos, dejar de pagar la deuda  y establecer una reforma tributaria progresiva para que paguen más los que más tienen, entre otras medidas. Necesitamos la mayor unidad en la diversidad, para lograr una gran movilización nacional, sin sectarismos. Unidad con muchos con los que a lo mejor ayer no nos encontramos, pero hoy nos tenemos que juntar para enfrentar este brutal ajuste. Hay que prepararla desde abajo, en asambleas, plenarios abiertos y reuniones de activistas. Y a la vez, sin depositar la menor confianza, reclamarle a los dirigentes cegetistas la necesidad de convocar junto a las CTA y los movimientos sociales a un paro y un plan de lucha nacional para derrotar el ajuste.

Marcha-de-CTA-a-Congreso-3

 

Epidemia de Dengue. Macri: ¿qué hiciste hoy contra el mosquito?

Paca red

Escribe Guillermo Pacagnini

La epidemia de dengue todavía no llegó al pico que se prevé para Semana Santa y ya hay más de 20.000 casos documentados en más de 21 provincias. Si en 2009 el dengue llegó a cerca de 28000 casos en sólo 14 provincias, es evidente que, aunque haya subregistro inducido, la dinámica marca una epidemia mucho más severa.

Ocultamiento deliberado de las causas

Primero fue el verso de la enfermedad “importada”, ahora reconocen que el 90% de los casos son autóctonos. Pero lo que hay es un ocultamiento de las causas, funcional a eludir las medidas de fondo que hay que tomar y descargar la responsabilidad en la gente. La verdad es que hay una relación causa-efecto de esta enfermedad “emergente” con las condiciones socioeconómicas. La pobreza y creciente déficit de saneamiento ambiental son una base estructural de la epidemia. El Noreste donde se concentra la mayor parte de los casos no necesita mayor ilustración, pero en el área metropolitana donde está la mayor concentración poblacional son alarmantes las deficiencias sociales y de la mano de ellas la mayor incidencia de la enfermedad. Con cerca del 60% sin cloacas y el 27% sin agua corriente o casi el 36% en calles inundables, la exposición a la epidemia está garantizada.
Sin dudas se debe al cambio climático, las inundaciones favorecidas por la tala indiscriminada, la sojización y el uso masivo de herbicidas, es decir por el impacto del modelo capitalista extractivista. La recurrencia empeorada de la epidemia indica que la política de desentendimiento del estado ha fracasado.

Transfieren la responsabilidad a la población
La vergonzante consigna central de la campaña del Ministerio de Salud es “¿Qué hiciste hoy contra el mosquito?”. La cartelería se completa con imperativos que transfieren la responsabilidad al pueblo y estigmatizan a los más pobres. “Evitá, reforzá, tapá, usá…”
En lugar de implementar la fabricación estatal de repelentes no contaminantes, facilitan el negocio de las empresas y la gente paga casi $100 el aerosol.
En lugar de implementar un plan de obras públicas orientadas al saneamiento ambiental, combatir la urbanización caótica y generar fuentes de trabajo, se le paga a los buitres y se descarga un feroz ajuste que agrava la pobreza.
En lugar de apuntalar la crisis agónica del sistema sanitario con un shock de inversión presupuestaria y de servicios, mantienen las partidas históricamente más bajas para salud y despiden a 1330 trabajadores del sistema. El ajuste macrista agrava la epidemia.

Declarar la emergencia sanitaria nacional
Se viene el pico de la epidemia. Junto a la planificación de las medidas de fondo se necesita una gran movilización sanitaria y social orientada desde el estado y controlada por las organizaciones de trabajadores y vecinos. Declarando la emergencia sanitaria nacional por el dengue mediante:
Una partida presupuestaria de emergencia en base a no pagarle a los buitres y cobrarle un impuesto especial a las multinacionales farmacéuticas.
Inmediato refuerzo en personal e infraestructura del sistema sanitario en todas las provincias. Movilización de agentes sanitarios para una campaña activa en todas las zonas afectadas.
Fabricación estatal y declaración de utilidad pública de los repelentes e insumos para combatir la epidemia y su distribución gratuita.

Dengue-Cabezales

Con los estatales contra el ajuste de Macri. El 24, paro y movilización

Preparemos con fuerza la primera medida central contra el ajuste. Tenemos que continuar con un plan de lucha nacional para pararle la mano a Macri.

Paca red

Escribe Guillermo Pacagnini

Como venimos denunciando desde Alternativa Socialista, Macri y su gabinete de ejecutivos a la medida de las corporaciones, vienen ejecutando una transferencia serial de recursos hacia arriba y hacia afuera y un ajuste directo hacia los trabajadores y el pueblo. Buscando el apoyo de sus socios de Cambiemos y de sus amigos del Frente Renovador, no son pocos los pejotistas que se han sumado a sostener la gobernabilidad y avalar el ajuste.  Y recomponiendo con los acreedores y el imperialismo, hace los primeros deberes para encarrilar el país hacia un capitalismo normal.

Triángulo de ajuste
Con la inflación devaluando día a día los bolsillos populares, ha disparado un verdaero grito de guerra a los de abajo con un duro triángulo de ajuste: despidos, techos salariales y ahora se suma el tarifazo. Hay una primera oleada de despidos en el Estado que ya supera los 20.000 y está destinada a racionalizar los planteles que quedaron precarizados por el gobierno K. Mientras tanto anuncia que están «revisando» otros miles de contratos a ver si los renueva o no. También en sectores privados comenzaron los despidos por parte de patronales y el gobierno los avala. El segundo eje del ajuste es el condicionamiento de las paritarias. El tope del 25% – 30% no se sostiene. La mayoría de los gremios ha salido a reclamar mayores ingresos. Aunque no logró un pacto global con la burocracia para garantizar paz social, se ha reunido con esa vieja dirigencia para endulzarlos con la plata de las obras sociales a cambio de que prolonguen su silencio. Mientras tanto, se multiplican los conflictos fundamentalmente en los estatales y también en varios gremios privados.

Preparar el paro del 24 y marchar a Plaza de Mayo
Los trabajadores en cada repartición vienen haciendo marchas, asambleas y otras acciones, pero ninguna central se ha puesto a la cabeza de la lucha. ATE finalmente tuvo que convocar un paro nacional el 24 de febrero. La Federación de los profesionales de salud (FESPROSA), los docentes universitarios y los judiciales, se han sumado. Es la primera acción de conjunto y es una necesidad prepararla con fuerza ya que no alcanza con su instalación en los medios. En cada repartición y lugar de trabajo hay que preparar o reclamar asambleas y plenarios abiertos de delegados. Votando cómo organizarnos para que ese día el paro sea contundente y se realicen grandes marchas en todo el país. En Capital, marchamos a Plaza de Mayo. El MST prepara una gran columna para apoyar a los trabajadores.

Continuar con una movilización nacional unitaria
La medida del 24 es correcta, pero tiene que ser el primer escalón de un plan de lucha nacional. El 29 la CTA bonaerense ha resuelto un paro provincial y la CTA nacional ha discutido llamar a una Jornada Nacional, para coordinar con los docentes que pelean por su salario. El 29 tiene que ser un segundo escalón. Con marchas, cortes y acciones en todo el país y convocando a sumarse a todos los sectores en lucha. Esta acumulación debe extenderse y trascender el marco de los sectores estatales. Hace falta una gran movilización nacional unitaria con una coordinación de todas las centrales sindicales y movimientos sociales. Lamentablemente la mayoría de esos dirigentes están dejando correr el ajuste. Por eso, a la par que reclamamos desde cada lugar de trabajo a todas las centrales esa gran movilización nacional con paros y cortes en todo el país, tenemos que ir preparándola desde abajo. Tiene que ser el inicio de un plan de lucha nacional contra el ajuste y la criminalización de la protesta, para pararle la mano a Macri. Por paritarias libres 40% de aumento de salarios, jubilaciones y planes sociales con actualización automática según inflación, reincorporación de los despedidos y prohibición por ley de nuevos despidos y suspensiones, anulación del tarifazo y eliminación del IVA de todos los productos de la canasta familiar como parte de una reforma tributaria progresiva para que la crisis la paguen las corporaciones, entre otras medidas de emergencia.

– See more at: http://as.mst.org.ar/2016/02/17/el-24-paro-movilizacion/#slider-home

Macri al gobierno, las corporaciones al poder

El nuevo gobierno comenzó su gestión. Más allá de la imagen moderna y el discurso conciliador, es un gobierno de las corporaciones que llega para ajustar. Pero tendrá que enfrentar a un pueblo que no piensa retroceder.

Escriben

Federico Moreno y Guillermo Pacagnini

Los primeros días del gobierno de Mauricio Macri dejaron en claro sus características y objetivos. Comenzó por designar un gabinete de CEOs de grandes empresas multinacionales y gestionar para recomponer la unidad y el consenso en el conjunto del empresariado. Si las corporaciones han puesto sus cuadros en el gobierno no es para hacer beneficencia.

La UIA recibió a Macri con los brazos abriertos en su conferencia anual el 14 de diciembre. El nuevo presidente usó la oportunidad para anunciar su primera medida económica de peso: la eliminación de las retenciones a la exportación de todos los granos, salvo la soja, cuyo gravamen se reduce un 5% y a las exportaciones industriales. También están avanzando con las demás medidas que viene reclamando el empresariado, como la devaluación, el levantamiento del cepo al dólar y la eliminación de subsidios a los servicios públicos.

Todos juntos, los de arriba

Como se puede apreciar, la reconciliación de la que hablaba Macri en su campaña es entre los empresarios. Y también entre los actores del establishment político. Siendo minoría en ambas cámaras del Congreso y con casi todos los gobernadores del interior perteneciendo a sectores políticos ajenos, el gobierno macrista necesita lograr un importante nivel de consenso para garantizar la gobernabilidad capitalista.
Como parten de un gran nivel de acuerdo sobre las políticas a implementar, las negociaciones han avanzado rápido. Por eso el gabinete de Vidal en Buenos Aires cuenta con tres ministros del PJ y un socio de Stolbizer. El ministro kirchnerista de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, Lino Barañao, seguirá en su puesto, y Martín Lousteau, ex contrincante del PRO en el balotaje porteño, será embajador en los EE.UU.
Macri ya se reunió con Massa y Scioli, con quien acordó trabajar en equipo para buscar inversiones. También reunió a todos los gobernadores, sin exceptuar a Alicia Kirchner, para discutir la coparticipación y los acuerdos parlamentarios que buscan concretar. El último actor social que necesita reconciliar Macri es la burocracia sindical, con la cual pretende acordar un pacto social para enchalecar la resistencia de los trabajadores al ajuste que preparan. Por eso vienen trabajando por la unidad de la CGT. El único sector con el que Mauricio no busca consensuar es el pueblo trabajador.

Un ajuste acorde a la crisis mundial

Este gobierno necesita devaluar y ajustar para que los trabajadores y los sectores medios y populares paguemos por sostener las ganancias capitalistas durante la crisis mundial en curso. Pero la Argentina de hoy no es la misma que en los ’90. La mitad de los que votaron el 22 de noviembre lo hicieron contra Macri. De los que lo votaron, la mayoría no lo hizo en apoyo a su proyecto sino para sacarse de encima al gobierno K. Una abrumadora mayoría de los argentinos se opone a las medidas que implementará este gobierno. Qué tanto y con qué ritmo podrá avanzar Macri dependerá de la correlación de fuerzas con el pueblo que enfrentará el ajuste.
Macri y su gabinete de empresarios llegan para intentar lo que no pudo el kirchnerismo: «normalizar» el país que dejó el Argentinazo de 2001. Es decir, revertir el hecho de que las luchas sociales frenen los ataques de los de arriba y entorpezcan las condiciones de explotación deseadas. Los K avanzaron en garantizarles a los capitalistas cierta gobernabilidad para lucrar tras la mega devaluación de Duhalde. Esto a cambio de entregar algunas concesiones al movimiento de masas y sostener un gran doble discurso populista. Aun así, no pudieron domar totalmente los procesos desatados por el 2001.
Aunque les permitió acumular fortunas durante una década, el kirchnerismo representaba una mediación incómoda entre los capitalistas y el poder político, que se volvió inviable en la medida en que avanzó la crisis. Los que llegan a la Rosada con Macri, en cambio, son representantes directos de las corporaciones y el imperialismo.
Los primeros pasos de este gobierno reafirman que nos tenemos que preparar para enfrentar las medidas que se vienen. A quienes votaron a Macri por hartazgo a los K y esperaban un cambio favorable, y a los que votaron a Scioli para que no llegase Macri, los llamamos a unirnos en las calles. Será imprescindible para las luchas que vienen.

macri-baile

Con Macri en la presidencia: El país que se viene

Este es el principal interrogante en la Argentina de hoy. Más allá de los ritmos y discursos no serán buenas noticias para los trabajadores y el pueblo.

Guillermo Pacagnini

Macri se benefició del fracaso del modelo K, pero también logró aparecer como algo diferente a las variantes del viejo bipartidismo peronista y radical. Esa fue una clave de su ajustado triunfo. Pero detrás de la sonrisa moderna y los globitos, asoma claramente un empresario del palo de los de arriba. Su gobierno tiene un perfil conservador, es genuino representante de las corporaciones y cuenta con beneplácito desde el imperio.
Pero el que surge es un gobierno débil por varios motivos. Asumirá sin haber sacado una ventaja decisiva en las urnas. Aunque gobierne en las provincias grandes y con mayor PBI, no controla la mayoría de las gobernaciones, está en minoría en el parlamento y cuenta con un aparato prestado, sin un bloque unificado ni haber conformado una real «coalición» de gobierno. Necesita construir solidez para el trabajo sucio que tiene por delante.

Gobernabilidad: asignatura pendiente

Cuando asumió Menem, también de derecha, contó con un cerrado apoyo de la burocracia sindical unida, gobernadores e intendentes, que le brindaron la base de sustento para ajustar, privatizar, flexibilizar y dar un duro golpe a los trabajadores y el pueblo. Por ahora Macri no cuenta con todo esto, sino que aún lo tiene que construir.
La CGT de Moyano se anotó en primera fila. Viene trabajando por la unidad al servicio del pacto social, pero a cambio de ello pretende injerencia en el gabinete, la plata de las obras sociales y otros beneficios. Pero, ¿qué van a hacer los gordos de la CGT y demás sectores? La unidad del sindicalismo burocrático todavía está por verse.
Cambiemos es una coalición heterogénea. Sanz ya dio un portazo y Carrió es impredecible. Macri sabe de estas limitaciones, por eso una de sus principales propuestas es llamar a un pacto de gobernabilidad. Quiere sentar en una mesa a empresarios, partidos del régimen comenzando por el PJ, burócratas sindicales, curas y todo aquel que esté dispuesto a permitirle gobernar sin sobresaltos aplicando sus planes de gobierno.
Hoy Macri no cuenta con la fuerza política suficiente para derrotar en las calles a los trabajadores, a los estudiantes, a los docentes, a los desocupados y a todo el pueblo que defiende sus intereses y quiere mejorar su calidad de vida. Los que votaron al ingeniero lo hicieron con esa esperanza, no pidiendo ajuste y devaluación.
Pero detrás del maquillaje coyuntural, el que asume es un presidente conservador que viene a aplicar el único programa posible que le garantice las ganancias a los de arriba en medio de la crisis capitalista.

El objetivo central: un país capitalista «normal»

Macri no contará con el viento de cola que tuvieron los K y rifaron durante la «década desperdiciada». Los grandes ingresos provenientes del comercio internacional y las reservas del Banco Central son un recuerdo del pasado. Hoy la economía capitalista mundial está en crisis y los principales socios comerciales de la Argentina, que son China y Brasil, tienen serios problemas.
Cuando esto sucede los gobiernos repiten su receta: intentan que la crisis la paguen los trabajadores y el pueblo. Hablan en voz baja, de devaluación, ajuste, aumento de tarifas y otras medidas antipopulares. Macri las aplicará, como lo hubiera hecho Scioli, porque la clase a la que ellos representan necesita «normalizar» poniendo en caja a los trabajadores para volver al mecanismo de endeudamiento y dependencia. Se preanuncia como un Volver al Futuro de las relaciones con el imperio.

Los ritmos del ajuste

En esa estrategia, se instaló una duda: ¿será un ajuste gradual o de shock? El ritmo va a depender de la relación de fuerzas. De lo que los trabajadores le dejemos hacer. No habrá cheque en blanco, como sucedía en las épocas en las que el régimen político gozaba de buena salud.
La respuesta a estos interrogantes no se encontrará en la Casa Rosada, sino en las luchas. Nosotros impulsaremos la movilización de los trabajadores y el pueblo contra el ajuste del gobierno y la entrega a las corporaciones. Después del 2001 los K y el andamiaje de la vieja política se tuvieron que cuidar muchísimo para no volver a despertar la bronca latente del Argentinazo. Macri tampoco puede escapar a este condicionante estructural.

Tareas planteadas

En lo inmediato se vendrá la transición, la conformación del gabinete, los anuncios de medidas y el traspaso de la banda presidencial.
Nada estará exento de pases de factura, realineamientos políticos y sindicales. Incluso hay cierta expectativa sobre los números reales de la economía y quienes ya piden un poco de paciencia.
Sea como sea, los luchadores tenemos desafíos y tareas que no pueden esperar las definiciones del poder. Nos tenemos que preparar para enfrentar el ajuste que se viene, planteando desde hoy mismo que será necesaria la más amplia unidad de acción en la lucha.
Sin diferenciar entre los que votaron equivocadamente a Macri o a Scioli, ni a los que votaron en blanco, siempre y cuando estén dispuestos a movilizarse en forma independiente. Los trabajadores, los sectores populares, los desocupados, las mujeres y la juventud tendremos que poner a prueba nuestra capacidad para enfrentar juntos lo que se viene. Forjando en ese camino una nueva dirección sindical, democrática y combativa.
Hay otra pelea fundamental: la de construir una herramienta política amplia, que exprese a los distintos sectores de la izquierda política y social alrededor de un programa anticapitalista. Con todos aquellos que se planteen avanzar hacia los cambios de fondo que se necesitan.

centralGP