Pacagnini sobre la crisis del presupuesto: «El gobierno bonaerense quiere que los estatales paguemos los platos rotos»

Frente al anuncio del gobierno bonaerense de postergar toda discusión salarial condicionándola supuestamente a la aprobación del presupuesto, Guillermo Pacagnini, Secretario General de CICOP y de la Mesa Nacional de la CTA Autónoma, declaró: «El gobierno miente. No necesita el presupuesto para abrir las paritarias. Mucho menos el proyecto que envió a la legislatura con partidas sociales a la baja y un endeudamiento récord que va a profundizar la crisis de la provincia» 

Pacagnini agregó que: «Quieren ganar tiempo para la negociación con los sectores del FPV con los que siempre votaron juntos todos los presupuestos tanto de la provincia como de la ciudad. Los trabajadores no podemos esperar. Nos negaron el bono y ahora las paritarias. Necesitamos un aumento urgente acorde a la canasta familiar real y actualizado automáticamente»

Pacagnini finalizó reclamando: «El bono y ese aumento se pueden financiar perfectamente. No endeudando más a la provincia, sino recuperando lo que se llevaron por pagos de la deuda pública fraudulenta, por el robo de la coparticipación y fundamentalmente con una reforma tributaria progresiva para que paguen más los que más tienen».

2/1/2016

Macri al gobierno, las corporaciones al poder

El nuevo gobierno comenzó su gestión. Más allá de la imagen moderna y el discurso conciliador, es un gobierno de las corporaciones que llega para ajustar. Pero tendrá que enfrentar a un pueblo que no piensa retroceder.

Escriben

Federico Moreno y Guillermo Pacagnini

Los primeros días del gobierno de Mauricio Macri dejaron en claro sus características y objetivos. Comenzó por designar un gabinete de CEOs de grandes empresas multinacionales y gestionar para recomponer la unidad y el consenso en el conjunto del empresariado. Si las corporaciones han puesto sus cuadros en el gobierno no es para hacer beneficencia.

La UIA recibió a Macri con los brazos abriertos en su conferencia anual el 14 de diciembre. El nuevo presidente usó la oportunidad para anunciar su primera medida económica de peso: la eliminación de las retenciones a la exportación de todos los granos, salvo la soja, cuyo gravamen se reduce un 5% y a las exportaciones industriales. También están avanzando con las demás medidas que viene reclamando el empresariado, como la devaluación, el levantamiento del cepo al dólar y la eliminación de subsidios a los servicios públicos.

Todos juntos, los de arriba

Como se puede apreciar, la reconciliación de la que hablaba Macri en su campaña es entre los empresarios. Y también entre los actores del establishment político. Siendo minoría en ambas cámaras del Congreso y con casi todos los gobernadores del interior perteneciendo a sectores políticos ajenos, el gobierno macrista necesita lograr un importante nivel de consenso para garantizar la gobernabilidad capitalista.
Como parten de un gran nivel de acuerdo sobre las políticas a implementar, las negociaciones han avanzado rápido. Por eso el gabinete de Vidal en Buenos Aires cuenta con tres ministros del PJ y un socio de Stolbizer. El ministro kirchnerista de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, Lino Barañao, seguirá en su puesto, y Martín Lousteau, ex contrincante del PRO en el balotaje porteño, será embajador en los EE.UU.
Macri ya se reunió con Massa y Scioli, con quien acordó trabajar en equipo para buscar inversiones. También reunió a todos los gobernadores, sin exceptuar a Alicia Kirchner, para discutir la coparticipación y los acuerdos parlamentarios que buscan concretar. El último actor social que necesita reconciliar Macri es la burocracia sindical, con la cual pretende acordar un pacto social para enchalecar la resistencia de los trabajadores al ajuste que preparan. Por eso vienen trabajando por la unidad de la CGT. El único sector con el que Mauricio no busca consensuar es el pueblo trabajador.

Un ajuste acorde a la crisis mundial

Este gobierno necesita devaluar y ajustar para que los trabajadores y los sectores medios y populares paguemos por sostener las ganancias capitalistas durante la crisis mundial en curso. Pero la Argentina de hoy no es la misma que en los ’90. La mitad de los que votaron el 22 de noviembre lo hicieron contra Macri. De los que lo votaron, la mayoría no lo hizo en apoyo a su proyecto sino para sacarse de encima al gobierno K. Una abrumadora mayoría de los argentinos se opone a las medidas que implementará este gobierno. Qué tanto y con qué ritmo podrá avanzar Macri dependerá de la correlación de fuerzas con el pueblo que enfrentará el ajuste.
Macri y su gabinete de empresarios llegan para intentar lo que no pudo el kirchnerismo: «normalizar» el país que dejó el Argentinazo de 2001. Es decir, revertir el hecho de que las luchas sociales frenen los ataques de los de arriba y entorpezcan las condiciones de explotación deseadas. Los K avanzaron en garantizarles a los capitalistas cierta gobernabilidad para lucrar tras la mega devaluación de Duhalde. Esto a cambio de entregar algunas concesiones al movimiento de masas y sostener un gran doble discurso populista. Aun así, no pudieron domar totalmente los procesos desatados por el 2001.
Aunque les permitió acumular fortunas durante una década, el kirchnerismo representaba una mediación incómoda entre los capitalistas y el poder político, que se volvió inviable en la medida en que avanzó la crisis. Los que llegan a la Rosada con Macri, en cambio, son representantes directos de las corporaciones y el imperialismo.
Los primeros pasos de este gobierno reafirman que nos tenemos que preparar para enfrentar las medidas que se vienen. A quienes votaron a Macri por hartazgo a los K y esperaban un cambio favorable, y a los que votaron a Scioli para que no llegase Macri, los llamamos a unirnos en las calles. Será imprescindible para las luchas que vienen.

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La Triple A, hija del gobierno de Perón

Por: Guillermo Pacagnini

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Sin dudas la Triple A fue la antesala de la dictadura en tanto y cuanto hubo una planificación desde el Estado que incluyó «zonas liberadas» para exterminar a parte de lo mejor de los luchadores obreros, estudiantiles, populares y dirigentes de la izquierda de aquella época. Fueron más de 1.500 asesinatos, 600 desapariciones y centenares de atentados. El PST, nuestro partido antecesor, sufrió en carne propia este accionar al igual que cientos de compañeros de otras organizaciones.
Sin embargo ninguno de los gobiernos que se sucedieron desde 1983 quiso investigar. El kirchnerismo, que hizo de los derechos humanos una de las banderas que despertó simpatías en franjas juveniles y de luchadores populares y de izquierda, puso un límite preciso en la memoria y la justicia que excluyó a la Triple A. Incluso cuando entre 2007 y 2008 en vida de Kirchner se abrió un amplio y positivo debate a partir de varias causas judiciales -en las que nuestro partido se presentó como querellante- que involu-craron a Isabel Perón y pusieron a la AAA en el banquillo de los acusados, el gobierno K cerró filas con la burocracia sindical y el aparato pejotista y se apresuró a contraatacar con una campaña para que las mismas no progresaran. Enojados, los gremialistas pegaron carteles que decían «No jodan con Perón». Es decir: mejor no investiguen, a ver si se descubre otra cosa…

Dos argumentos falaces

Hay frondosa literatura sobre la Triple A, incluso sobre su organigrama y las jefaturas de Rodolfo Almirón y Horacio Salvador Paino, entre otros siniestros personajes todos con prontuario en las FF.AA. o los servicios de inteligencia. Pero a la hora de considerar las responsabilidades políticas principales, surgen los argumentos falaces para cerrar la puerta a siquiera considerar que Perón fuera su mentor.
La primera falacia es que la Triple A comenzó a actuar después de la muerte del General. De ninguna manera. La cronología de atentados, secuestros y muertes recopilada por varias publicaciones lo desmiente de cuajo. La segunda falacia es que la responsabilidad política se agota en José López Rega o a lo sumo en Isabel Perón. Cuando «el Brujo» renunció forzado por una huelga general, se encontró un verdadero arsenal en su Ministerio de Bienestar Social. Sería infantil pensar que tamaña actividad delictiva no tuviera pleno conocimiento del presidente Perón, de quien López Rega fue su secretario privado durante décadas y luego su ministro estrella. La teoría del «cerco» sanitario tendido alrededor de Perón fue sostenida por sectores de la izquierda peronista hasta que el propio general los llamó «imberbes» y los echó de la Plaza de Mayo.

La única verdad es la realidad

Hay que abordar la formación de la Triple A como la versión más grotesca de un combo reaccionario que incluyó un progresivo recorte de las libertades democráticas operadas durante el gobierno peronista y que le allanó el camino a la dictadura genocida de Videla. La firma de los decretos de exterminio en 1975 que habilitaron la utilización del Ejército en la represión, las listas negras de artistas y luchadores obreros, populares y de izquierda, la intervención a varias universidades, las patotas sindicales, la Juventud Sindical Peronista, la CNU1, el CdeO2 y otras bandas conexas se demostraron componentes de un rompecabezas que tuvo en la Triple A su ejecutor principal y en el gobierno peronista su comando político.
Rodolfo Walsh, en aquella época militante montonero, denunció públicamente el organigrama jerárquico con las dos ramas fundamentales de la organización: la encabezada por Isabel y López Rega y las comandadas por los jefes policiales Villar y Margaride. Esta investigación fue confirmada años después por el fascista arrepentido Peregrino Fernández en su libro Crímenes en el Río de la Plata.
En los trabajos de Martín Caparrós y Eduardo Anguita, Miguel Bonasso y posteriormente de Sergio Bufano y Lucrecia Teixido también constan antecedentes de la banda y sobradas evidencias de la responsabilidad de Perón. La propuesta del general Perón, antes de ser reelecto presidente por tercera vez, de crear un somatén -grupo paramilitar catalán que luego daría origen a las falanges franquistas- está bien descripta en El presidente que no fue, libro de Miguel Bonasso. Lo mismo la masacre de Ezeiza, cuyo responsable el teniente coronel Osinde fue designado por el propio Perón y confirmado de inmediato como responsable de las relaciones militares, trabajando en colaboración con López Rega.

La «Orden secreta» de Perón

Cinco días después del asesinato de José Ignacio Rucci, burócrata secretario general de la CGT, en octubre de 1973 el Consejo Superior Peronista bajo la batuta del ya presidente Perón emite su «Documento reservado», luego conocido como «Orden secreta». En una reunión con gobernadores, burócratas sindicales y funcionarios, habilita a las patotas a que actúen contra «los marxistas» y define que hay que «impedir por cualquier medio» la proliferación de las corrientes políticas y gremiales clasistas. La confluencia de elementos de las fuerzas poli-ciales y de seguridad, militantes de organizaciones peronistas de derecha como el CNU y el CdeO y de las patotas armadas de los sindicatos están en el origen de la Triple A. Van gestando un comando central, financiado, armado y dirigido desde el Ministerio de Bienestar Social por López Rega, con el visto bueno de las patronales que quería «limpiar» de activistas sus empresas.
Estas bandas empiezan a accionar en común y a subordinarse a las Fuerzas Armadas. Dos ejemplos de ello son el llamado Operativo Independencia en Tucumán y la operación conjunta contra la heroica huelga de 60 días en Villa Constitución. Así los sectores operativos de la Triple A terminan integrados totalmente a los «grupos de tareas» de la dictadura, compartiendo el objetivo común de liquidar a una generación de luchadores obreros y populares.

Los partidos tradicionales, pacto de silencio

El pacto de silencio que se mantuvo todos estos años para preservar la responsabilidad de Perón y de burócratas sindicales y dirigentes políticos aún hoy en funciones no sólo es patrimonio de las diversas expresiones de la diáspora del PJ. También de la UCR, cuyo líder Ricardo Balbín denunciaba al activismo combativo como «guerrilla industrial», en sus diversas vertientes.
Por ello, cuando se activaron las causas judiciales en las postrimerías del mandato de Néstor Kirchner, se transformaron en una amenaza cierta de hacer desfilar en el banquillo a muchos funcionarios actuales del gobierno y dirigentes de otros partidos del sistema. Entonces cerraron filas junto a sindicalistas de la CGT para cajonear y sacar de los medios de comunicación un tema tan espinoso.
Si bien algunas causas como la que se tramita en Mar del Plata contra la CNU siguen activas, desde el gobierno de Cristina y de los demás candidatos ungidos por el establishment no se volvió a hablar más del tema.
Si realmente existiera voluntad política de avanzar se podrían reactivar los procesos para sacar a la luz toda la verdad sobre la Triple A y castigar a todos los responsables. Esclareciendo de una vez las responsabilidades políticas de la creación de la AAA, las listas de implicados, quiénes dieron las órdenes y quiénes las ejecutaron. Asimismo se debería disponer la inmediata apertura de todos los archivos de la época, tanto de la ex SIDE como de los servicios de inteligencia policiales y militares así como de los ministerios y sindicatos. Eso debe incluir el hacer públicas todas las «órdenes secretas» dictadas entonces.

El camino de la movilización

Es tarea de los luchadores impulsar la movilización unitaria lo más amplia posible para que la investigación sobre la Triple A y sus crímenes llegue hasta el final, para que el gobierno y el Estado pongan todos sus recursos a fin de que esto se logre y para llevar a la cárcel a todos los responsables y sus cómplices. Empezando por nuestros compañeros del PST asesinados por la AAA, nuestro compromiso es por todos los militantes que fueron víctimas de esa banda armada de ultraderecha.
Además, sostener la lucha por Memoria, Verdad y Justicia es otra forma de actuar contra la criminalización de la protesta social, contra el recorte de derechos y la mordaza que pretenderán imponernos, gane Macri o Scioli, para aplicar el ajuste que se viene.

Guillermo Pacagnini

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Se cumplen 40 años de la Masacre de La Plata

 Al anochecer del 4 de setiembre de 1975, Roberto «Laucha» Loscertales -un destacado dirigente estudiantil y miembro de la dirección regional del PST de La Plata- junto a cuatro militantes más, Adrianita Zaldúa, Hugo Frigerio, Ana María Guzner Lorenzo y Lidia Agostini, fueron interceptados por un comando de la Alianza Anticomunista Argentina, la Triple A. Los compañeros iban en un Renault Gordini a entregar dinero en apoyo al fondo de huelga de Petroquímica Sudamericana, que estaba tomada por sus trabajadores.

Los secuestran en pleno centro de La Plata, cerca de la Catedral, y los llevan a la seccional policial de la calle 56, entre 13 y 14. Allí los golpean duramente. Al «Laucha» lo desfiguran tanto que no se lo pudo velar a cajón abierto. Finalmente trasladan a todo el grupo a La Balandra, un descampado de Berisso en la costa del río, donde los acribillan a todos adentro del auto; a Ana María Guzner la matan fuera del vehículo.
Se ensañan con ferocidad. Adriana Zaldúa tenía 79 balas en su cuerpo. Esto ya había ocurrido con nuestros tres compañeros obreros masacrados el año anterior en General Pacheco. Es probable que se tratara de un pacto de sangre, por el cual todos disparaban para que nadie quedara ajeno al hecho y pudiera confesar en el futuro.

Más muertes de la Triple A

Los cadáveres aparecieron en la madrugada del viernes 5. Una vez hecha la identificación, el partido salió a repudiar el hecho. En el Ministerio de Obras Públicas provincial, donde trabajaban Frigerio y Zaldúa, los trabajadores paralizaron sus tareas. El compañero Oscar Lucatti, que también trabajaba allí, fue al local central del partido en La Plata y junto a Carlos Povedano, miembro del comité regional, que había ido a retirar los cadáveres, y a Patricia Claverie, una militante estudiantil, a la tarde salieron a repartir volantes.
Este grupo de compañeros también fue secuestrado en las calles céntricas de La Plata. Una banda con armas largas los subió a la fuerza a un Fiat, cuya patente fue denunciada. Luego de largas horas de búsqueda, que fue obstaculizada por la policía que ya tenía los cadáveres en su poder, nuestros tres militantes aparecieron fusilados.
En esos días La Plata se había convertido en un territorio liberado para las bandas fascistas. El Partido Socialista de los Trabajadores se había dirigido con el histórico abogado socialista Enrique Broquen y las hermanas de Adriana Zaldúa a la Casa de Gobierno bonaerense para entrevistarse con el gobernador Victorio Calabró, dirigente de la UOM que sucedió a Oscar Bidegain cuando la izquierda peronista fue desplazada por Perón de sus ubicaciones gubernamentales. No estaban Calabró ni tampoco sus ministros o secretarios. No había ningún funcionario político a quien hacer la denuncia y el reclamo.

Un contexto político complicado

El fusilamiento de ocho militantes del PST fue quizás uno de los más terribles actos terroristas de la Triple A y las bandas fascistas del gobierno peronista de aquellos años. No obstante, aún sigue impune.
A diferencia del primer golpe asesino que sufrió nuestra organización en aquellos años, la Masacre de Pacheco a fines de mayo del ’74 y ante la cual el partido pudo generar una amplia movilización de repudio, el brutal ataque de La Plata encontraba al país en un marco distinto. Si bien hubo paro en el Ministerio de Obras Públicas y en la Universidad, donde trabajaban los compañeros, su velatorio y entierro tuvieron que hacerse en un clima político adverso, bajo la amenaza de una tercera ola de secuestros.
La Masacre de Pache-co había sido parte de un giro reaccionario del gobierno del general Perón y su esposa Isabel destinado a golpear al movimiento obrero y también a restringir las libertades democráticas, incluyendo a la oposición patronal. Por eso hasta la UCR se pronunció en solidaridad con el PST. Ese giro fue frenado por la respuesta obrera que derrotó el plan del ministro de Economía de Isabelita, Celestino Rodrigo. Con quince días de movilizaciones y un paro general de 36 horas, la clase trabajadora había hecho saltar a López Rega y al mismo Rodrigo, debilitando al gobierno de Isabel.
Pero a partir de allí la burocracia sindical empezó un repliegue, que le permitió a los capitalistas, los gorilas y los jefes militares descargar las bandas asesinas contra el movimiento obrero y la izquierda, como un prólogo del golpe contrarrevolucionario que vendría en marzo del ’76.
Esa traición, más el rol adverso que jugaban las acciones guerrilleras descolgadas de las luchas obreras y populares en un cuadro donde las bandas fascistas seguían golpeando, generó una importante confusión en el movimiento de masas. Esto impedía una respuesta contundente que unificara la resistencia a los planes de ajuste del nuevo ministro de Economía Antonio Cafiero, cuyo objetivo era que los trabajadores pagaran el costo de la crisis.

¡Compañeros del PST, presentes!

A 40 años de la Masacre de La Plata, desde el MST-Nueva Izquierda seguimos recordando y honrando a nuestros mártires. Ellos son parte del centenar de compañeros y compañeras del PST detenidos-desaparecidos. Jóvenes trabajadores y estudiantes, formaron parte de la generación combativa de los ’70 que luego con el golpe militar y la dictadura genocida pagaría el enorme precio de 30.000 vidas de militantes populares.
No por repetidas ciertas palabras dejan de ser válidas. El mejor homenaje que hoy podemos rendirles a los ocho compañeros asesinados en La Plata es redoblar nuestro compromiso y nuestra militancia cotidiana por el socialismo y la revolución.

Fueron grandes porque grande era su militancia por el socialismo

Como lo publicó en aquellos momentos Avanzada Socialista, el periódico del PST, Adriana Zaldúa, Patricia Claverie, Lidia Agostini, Oscar Lucatti y Ana María Guzner Lorenzo eran militantes de base, y Roberto Loscertales, Claudio Enrique Povedano y Hugo Frigerio eran dirigentes políticos y sindicales. Todos ellos dieron su vida por la causa de la revolución socialista.
Roberto «El Laucha» Loscertales. Tenía 31 años. Era miembro de la dirección regional del PST platense. Entró al partido en 1967 cuando estudiaba Ingeniería y fue el fundador de nuestras agrupaciones estudiantiles en la ciudad, por lo que era un dirigente reconocido. En 1972 dejó la facultad para recorrer el país para lograr, junto a otros compañeros, la legalidad del partido. Fue obrero de Astilleros Río Santiago, de donde fue despedido por impulsar la solidaridad con la lucha de Propulsora Siderúrgica. Dirigente natural, rápidamente se ponía al frente de los lugares donde estaba estructurado. Al momento de su muerte estaba apoyando la lucha de Petroquímica.
Hugo Frigerio. Había ingresado al PST en 1973 con las grandes movilizaciones de estatales, de las que fue un importante dirigente. Tenía 30 años. Integraba la comisión interna del Ministerio de Obras Públicas platense. Fue candidato en las elecciones y dirigente del frente partidario de estatales. Dos veces había escapado de atentados contra su vida.
Lidia Agostini. Había entrado recientemente al partido luego de recibirse de odontóloga. Fue de las primeras militantes del frente de profesionales. Con 27 años, trabajaba en un dispensario municipal de La Plata.
Ana María Guzner Lorenzo. Ingresó al PST en 1973. Fue delegada de la Asociación de Trabajadores de la Universidad de La Plata. Trabajó en la Universidad durante 11 años hasta que la «misión Ivanissevich» la despidió. Luego ingresó como empleada en el Consejo de Profesionales de Economía bonaerense.
Adriana Zaldúa. Entró al partido en 1971 y tenía 22 años. Intervino en las movilizaciones de solidaridad con los trabajadores bolivianos y participó en la lucha que logró desalojar a los grupos fachos de la facultad. En el ’74 fue a Quilmes para participar en la formación de la Juventud y el trabajo docente. Había vuelto a La Plata y estaba militando en Arquitectura cuando fue asesinada.
Patricia Claverie. Se había ligado al PST en la ciudad de Bahía Blanca como activista del movimiento estudiantil. Luego viajó a La Plata a estudiar Ciencias Naturales, mientras trabajaba en el Senado provincial.
Carlos Enrique «Dicki» Povedano. Entró al partido en la Facultad de Ciencias Económicas en 1971. Organizó a sus compañeros de la Dirección de Previsión Social de la Nación, convirtiéndose en un dirigente destacado del sector. Era miembro de la dirección regional del PST de La Plata.
Oscar Lucatti. Ingresó al PST en 1972, en la preparación de las campañas electorales. Inició la construcción de la Juventud Socialista de Avanzada en Ensenada. Era delegado del Ministerio de Obras Públicas.

Gustavo Giménez

laplata

La Corriente Sindical del MST y una primera evaluación del Paro Nacional:  “Un paro muy fuerte pese a los aprietes patronales, del gobierno y a la burocracia sindical. Ahora hay que concretar las 36 hs con movilización”, dijo Pacagnini

Promediando la jornada, la Corriente Sindical del MST (Movimiento Socialista de los Trabajadores – Nueva Izquierda) realizó una primera evaluación del Paro Nacional.

Al respecto, Guillermo Pacagnini, coordinador de dicha corriente y del secretariado nacional de la CTA, dijo: el paro se sintió con mucha fuerza en todo el país pese a las intimidaciones y mentiras mediáticas del gobierno, los aprietes de las patronales y el rol cómplice de dirigentes sindicales oficialistas que no lograron impedir que sus bases se adhieran a la medida. Y también más allá del rol de los dirigentes cegetistas que se vieron obligados a convocar sin organizarlo en la base, con carácter pasivo y después de meses de mirar para otro lado mientras se deterioraba el nivel de vida de los trabajadores y el pueblo”.

Pacagnini, agregó: “Fue una demostración contundente de todos los trabajadores, de los cada vez más afectados por el impuesto, pero también de los demás asalariados y precarizados y también de los jubilados y desocupados. El gobierno nos quiso separar pero la lucha nos unió en un solo reclamo: parar el ajuste, la inflación y defender el salario y el trabajo”. “Desde nuestra corriente y otros sectores de la izquierda hicimos el paro activo y lo fortalecimos con centenares de piquetes y movilizaciones en todo el país y planteamos con fuerza un aumento general de salarios, jubilaciones y planes sociales, la prohibición de despidos y la nulidad del impuesto, con una reforma tributaria para que paguen más los que más tienen, eliminando el IVA a la canasta familiar y gravando a las corporaciones, el juego y la renta financiera”.

Pacagnini informó que en Callao y Corrientes el dirigente del MST y la CTA Capital Sergio García encabezó la movilización con trabajadores estatales, de la sanidad y docentes y luego una marcha a la UIA. El diputado Alejandro Bodart concurrió llevar su apoyo a la protesta.

Vilma Ripoll acompañó la movilización en la Panamericana, Guillermo Pacagnini en Gaona y Vergara, Francisco Torres en la AU La Plata y Gustavo Giménez en el Puente Pueyrredón.

Pacagnini finalizó reclamando: “Si queremos avanzar en los reclamos que hoy levantaron millones, no puede quedar como una medida aislada. Hay que concretar el paro de 36 hs con movilización y seguirla con un plan de lucha. Ahora se impone la continuidad”.

31/03/2015

PRIMERAS IMAGENES DEL MST EN LAS MOVILIZACIONES EN VARIOS PUNTOS DEL PAIS

 

Pacagnini frente a las declaraciones de los empresarios de la salud: «El gobierno debe garantizar las fuentes de trabajo y la salud de la población»

Frente a la solicitada publicada por las cámaras empresariales de la medicina privada bonaerense, Guillermo Pacagnini, precandidato a Gobernador por el MST/Nueva Izquierda y dirigente gremial hospitalario y de la CTA, expresó: «la advertencia de los empresarios sobre cierres de establecimientos es una verdadera amenaza a la población y a los trabajadores de la salud. Y también antidemocrática al rechazar el derecho a la sindicalización de los profesionales».
Pacagnini, ratificando la propuesta de avanzar hacia un sistema único de salud en la provincia a cargo del estado y que brinde atención gratuita y de calidad para todos, llamó a rechazar el chantaje de los empresarios que lucran con la enfermedad: «El gobierno – además de hacer respetar la libertad sindical- debe garantizar la fuente de trabajo y la atención de la gente, declarando de utilidad pública todo establecimiento que cierre o despida, estatizándolo bajo control de sus trabajadores e incorporándolo al sistema público de salud»

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Solicitada Diario El Día (La Plata, Buenos Aires) , 12 de febrero de 2015

 

Al servicio del gobierno K: Yasky y su parodia electoral

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Escribe: Guillermo Pacagnini

El 29 de noviembre Yasky convoca a votar en su corriente político sindical denominada CTA «de los trabajadores». Sin lugar a dudas se trata de una maniobra al servicio de apuntalar al gobierno que ha venido tratando de construir una «pata sindical» al servicio del modelo. Nosotros no participamos y llamamos a no votar en esa elección, porque hacerlo significaría avalar la maniobra y fortalecer a una corriente cuya existencia es funcional de manera indisimulada al gobierno responsable del ajuste y la entrega.
La CTA de Yasky ha sido desde su génesis un invento pergeñado por el oficialismo gobernante. Primero intentó cooptar a la CTA en su conjunto, pero habiendo sido derrotado por la lista 1 en las elecciones, desconoció las mismas y empujó a la ruptura de la central. Luego se dedicó, en unidad con el ministerio de trabajo, a boicotear el desarrollo de la CTA Autónoma, sin éxito por cierto.
No sólo criticamos su política al servicio del gobierno y que desde la dirigencia celeste de la CTERA se traicionó la lucha docente. Sino que nunca en estos años tuvo existencia real como central. No estuvo en las calles reclamando, boicoteó los paros generales que fueron masivos en el movimiento obrero y su único motivo de existencia fue el de transformarse en una claque aplaudidora de los actos de Cristina.
Lo lamentable es que un sector de la izquierda, encabezado por el PO, le hace de comparsa en la elección. Sin ningún fundamento, confunde y divide a los trabajadores llamando a participar de estas elecciones.
Si hay un parámetro evidente del carácter trucho e intrascendente de esta contienda, es que para poder legalizarla, el ministro Tomada, dilecto amigo de Yasky, después de años de intentar ningunear a la única CTA que estuvo en las calles, la Autónoma, encabezada por Pablo Micheli y cuya conducción integra nuestra corriente en todo el país, se vio obligado a reconocerla y otorgarle la inscripción gremial, para poder dibujar una legalidad y autorizar la elección de la banda de Yasky.
Después de todo, en los afiches fijados en el centro de la ciudad, dice claramente: «Ni de los buitres, ni de los patrones…» Del gobierno, no dice nada. A confesión de parte…

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Yasky y su banda aplaudidora

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Sobre el colchón de la gobernabilidad el gobierno busca oxigenarse

IMG_6653Guillermo Pacagnini

Sin modificar el marco de fin de ciclo en el que se encuentra actualmente como proyecto político gobernante, en las últimas semanas se puede observar que el kirchnerismo viene desarrollando una serie de iniciativas buscando reacomodarse y a la vez concretar hacer los deberes que demanda la crisis capitalista.

Las cosas no son lo que parecen

Debemos reconocer que mientras gozó de un marco económico favorable, este gobierno logró fabricar una imagen progresista que despertó ilusiones de cambio. Pero ese crecimiento operado durante la época de vacas gordas en tiempos de Néstor Kirchner, no fue redistribuido precisamente hacia las necesidades populares, sino hacia las ganancias de las corporaciones multinacionales. Por ello, cuando llegó la crisis capitalista internacional, Cristina fue girando «a la derecha» para aplicar un ajuste más directo sobre los trabajadores y sectores populares y a la par de ello fue derrochando ese capital político acumulado durante el gobierno de su marido. Pese a ello, si bien el doble discurso ya no convence como antes, la presidenta intenta encubrir las medidas de ajuste y entrega con un barniz progresista que aún genera algunas dosis de confusión.
Veamos:
Fondos Buitres. Se desplegó una fortísima campaña, que incluyó actos y discursos dentro y fuera de Argentina para esconder que les vienen pagando y les van a pagar a todos.
Código Civil. Aquí se lanzó otra campaña, diciendo que se buscaba consolidar derechos adquiridos. La realidad es que se le hicieron vergonzosas concesiones a la Iglesia Católica y se afectaron derechos de los trabajadores, por ejemplo en la justicia laboral.
Ley de Hidrocarburos. Esta iniciativa, que se estará debatiendo y tal vez aprobando cuando esta edición esté publicada, fue presentada como la llave al autoabastecimiento energético. La realidad es que se trata de una escandalosa entrega de los recursos naturales a la corporación yanky Chevron, que además de saquearnos nos va a contaminar con la aplicación del fracking.
Código procesal penal. Como con las demás, aquí se hablará de la inclusión y los derechos humanos, pero se avanzará en la deportación de extranjeros, en más propuestas de «mano dura» y en figuras como «conmoción social», emparentadas con los planteos de la Ley Antiterrorista, que podrán utilizarse para atacar los reclamos populares.
En síntesis, lejos de cuidarnos de la derecha, es el propio gobierno el que profundiza un rumbo marcadamente conservador, tanto en la economía como en la política interior y exterior. Sin lugar a dudas, los presupuestos nacional y provinciales que se están votando con diversos grados de acuerdo entre oficialismo y oposición, son la radiografía de la economía real y de la voluntad de hacerle pagar al pueblo los platos rotos de la crisis.

Lejos de todo progresismo

Si el oficialismo, pese a su fuerte desgaste, tiene todavía márgenes para concretar esas iniciativas antipopulares se debe centralmente a dos motivos. Por un lado, hay que subrayar la nefasta actitud de la burocracia sindical. Ya no sólo hablamos de Caló, Yasky y sus amigos. También Moyano y Barrionuevo metieron ‘violín en bolsa’ y en lugar de darle continuidad a los paros generales, están abonando a algunos de los proyectos políticos patronales y hablando de la reunificación de la CGT, para ver cómo se acomodan con el próximo gobierno.
Pero la otra clave del reubique del gobierno es el rol de las distintas variantes de oposición que el establishment viene fabricando contrarreloj para crear una alternancia de recambio al kirchnerismo. Ni Massa que aparecía como una de las grandes novedades, no termina de enamorar, Macri sigue tratando de vertebrar un proyecto nacional buscando alianzas con los radicales y UNEN se debate en una profunda crisis. La realidad es que ninguno de ellos logra aglutinar una opción dinámica y atractiva porque sólo proponen hacer más serio y creíble el mismo modelo capitalista, sin salida real para los problemas que sufrimos los trabajadores y el pueblo. La mayoría de las veces terminan apareciendo a la derecha del propio gobierno. Así lo han hecho con las cuestiones arriba mencionadas, acompañando, dando quórum o defendiendo a las corporaciones. Es evidente que no logran despegar en las encuestas como claras opciones, al punto que si hoy fueran los comicios, podría ser el oficialismo quien gane en primera vuelta de la mano de Scioli. Pero tanto unos como otros muestran que no tienen nada que ver con los intereses del pueblo trabajador. Sin dudas quienes creyeron que la década que se inició con el kirchnerismo traía un proyecto de resistencia al imperialismo y de renovación de la vieja política y comenzaron a desencantarse con el giro hacia el ajuste y la entrega que se empezó a dar con el gobierno de Cristina, se encaminarán a una nueva frustración de la mano de Scioli y los personajes del viejo PJ que hoy se proponen para timonear el Frente para la Victoria.
Más allá de los debates y matices que podamos tener, fraternalmente invitamos a quienes hoy siguen buscando un verdadero cambio, a debatir abiertamente nuestras propuestas y sumarse a la construcción de un nuevo proyecto de izquierda en el país con el MST Nueva Izquierda.

 

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“El aumento del mínimo es una burla y fue decidido en una reunión de amigos del gobierno”

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Bs. As. 1/9/2014

Pacagnini, sobre el nuevo salario mínimo anunciado por el gobierno

“El aumento del mínimo es una burla y fue decidido en una reunión de amigos del gobierno”

Guillermo Pacagnini, coordinador de la Corriente Sindical del MST y dirigente nacional de la CTA, criticó con dureza la reunión del Consejo del Salario:” Otra vez la presidenta y Tomada mienten al decir que aumentaron los salarios. El mínimo que anunciaron  de $4400 es una burla porque está muy por debajo de la inflación, no es retroactivo, está fraccionado en cuotas y además es ficticio, porque sólo sirve de referencia para menos del 1% de los trabajadores del país”

Pacagnini, acusó al gobierno de decidir a espaldas de los trabajadores: “decidieron todo en una reunión de amigos, donde participaron empresarios, sindicalistas felpudos del gobierno como Caló y Yasky y donde el oficialismo tiene mayoría”.

El dirigente finalizó reclamando” Se necesita un aumento general de salarios, jubilaciones y planes sociales, actualizados automáticamente según el costo de vida real. Para ello es menester que se le de continuidad al Paro nacional de la semana pasada”

Inf. Complementaria 1168150137

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