El ajuste viene llegando

Dólar, subte, Aerolíneas, inflación, tarifazo…

En medio de los dimes y diretes alrededor de posibles cambios en el gabinete, la presidenta sigue sorprendiendo con su paquete de ajuste a quienes votaron apostando a mantener el status quo o todavía creyendo en las «bondades» de su doble discurso.

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Guillermo Pacagnini

Primero fue cepo para controlar al dólar que no paró la fuga de capitales pero sí les complicó la vida a los pequeños ahorristas. Sólo en los primeros 15 días de vigencia del corralito K. se fugaron del país 1400 millones de dólares. Luego vino un primer recorte de subsidios, barnizado con el verso de ser para los “grandes” empresarios y se destapó la verdadera trama de festival de subsidios de más de 70.000 millones a las grandes empresas. Pero a los pocos días la dolorosa verdad se fue entronizando: se viene un tarifazo. El nuevo recorte de subsidios no es para las arcas de los empresarios y capitalistas amigos del gobierno (que en todo caso los trasladan a los precios) sino a los bolsillos de los trabajadores y sectores medios de la población. Todo aquel que no presente un humillante “certificado de pobre”, estaría pagando $200 a $400 más por los servicios esenciales que seguirán siendo un negocio para los ricos y no un servicio para el pueblo.

Profundizando el modelo… (abriendo el paraguas)

El argentinazo del 2001colocó fuertes demandas populares en la agenda de un régimen político en crisis profunda. La moratoria parcial de la deuda (“default”), los planes sociales y el subsidio a las tarifas y boletos fueron medidas tendientes a calmar los ánimos de un pueblo alzado. El gobierno de K. que leyó esas demandas, aprovechó el viento de cola de las finanzas internacionales para derramar algo sobre el pueblo y postergar medidas de ajuste para otros momentos. Cuando la crisis del 2008, optaron por meterle la mano en el bolsillo a los chacareros y postergar el “sinceramiento” de tarifas por el que clamaban los empresarios de las privatizadas. La rebelión agraria les aguó los planes pero volvieron buenos precios internacionales que les hizo salvar la ropa. Esta nueva fase de la crisis internacional que ya está golpeando las puertas del país, viene más complicada. Por ello ahora los márgenes políticos y económicos se estrechan y se tornan inevitables medidas de ajuste poco simpáticas que ya les está costando postergar.

Un escenario de conflictos

Quienes creían borrada la palabra ajuste del diccionario oficialista se equivocaron. Esa temida palabra noventista está ganando nuevamente terreno.

El traspaso del Subte a la Capital, el traspaso de EDELAP a la Pcia. de Bs. As., el recorte a los presupuestos provinciales, el techo a los salarios, el mantenimiento del regresivo y reaccionario impuesto al salario disfrazado como ganancias, el impuesto inflacionario… nos muestra el camino elegido por CFK parea “normalizar” el país, por supuesto, a la medida del los de arriba.

Un anticipo de los tiempos que se vendrán. Una nueva relación con el imperialismo a partir de la reunión con Obama y el G20. Y su correlato local: la cena y relación con la UIA y el establishment argentino: sonrisas con de Mendiguren, promesas de hacer los deberes, palos a los sindicatos y garantías de proteger las fabulosas ganancias de estos parásitos frente a la crisis internacional.

Para lograrlo necesitan frenar la conflictividad antes que se generalice. Habilitando la persecución sindical, los aprietes a los luchadores y la criminalización de la protesta social. Porque la respuesta que ya se ve en las peleas docentes de Capital y Buenos Aires, en las luchas de la salud de Córdoba, Capital y Neuquen y contra la criminalización como en la masiva marcha unitaria del 23/11, también muestran que se viene un año de conflictos y nuevas peleas del movimiento obrero y popular.

Peleas en los barrios contra el tarifazo, en las fábricas y escuelas por el salario y contra la precarización laboral y por la vigencia de las libertades democráticas, serán la tónica de enfrentamiento al segundo gobierno de Cristina que está mostrando su verdadera cara. Intentarán que la crisis que golpea a la puerta la paguemos nosotros. Con la lucha bregaremos porque la paguen los capitalistas.

Para ellos la falsa alternativa será “tarifazo o subsidios”. Para nosotros la necesidad de un programa de emergencia que garantice una tarifa social y medidas de fondo que nacionalicen las privatizadas. Programa a imponer con la lucha y a garantizar forjando una alternativa política como la que estamos desarrollando desde el MST y el Movimiento Proyecto Sur que apunte a un nuevo modelo de país.